La Biodanza o danza de la vida es un sistema que maneja los sentimientos provocados por la música y el movimiento para lograr la integración de los seres humanos.

Con ejercicios de movimiento, relajación, y música a la persona se le guía para que exprese y transmita lo que siente sin pronunciar palabras, lo que conlleva a armonizar cuerpo, mente, emociones y sentimientos.

Quienes lo practican afirman que fomenta la salud, mejora la autoestima y el estado psicológico, en general, la Biodanza puede solucionar problemas emocionales.

Los estudios y experiencias en varios países han confirmado que practicar Biodanza previene y disminuye el estrés, aumenta el autoestima y ayuda a superar la depresión, aumenta el flujo energético, fortalece la identidad individual y cultiva las relaciones con el otro, aumenta la motivación para trabajar problemas emocionales (fobias y traumas), motiva el cambio a una vida más saludable y conectada con la naturaleza.

Su creador, Rolando Toro, sostiene que la Biodanza “es un sistema que reintegra a los seres humanos para vivir la vida plenamente, con toda su intensidad. A través de los siglos, hemos ido reduciendo cosas fundamentales para una vida feliz: respirar, caminar, comunicar nuestras emociones y sentimientos, compartir, amar, es decir, nos olvidamos de sentir.
Entonces, la Biodanza tan solo necesita despertar esas funciones innatas del ser humano, que están casi totalmente reprimidas en nuestra civilización, en nuestra escala de valores.

Toro, antropólogo y psicólogo chileno, creó la Biodanza en 1.965; mientras trabajaba en el Centro de Estudios de Antropología Médica (CEAM) de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, realizó las primeras investigaciones de los efectos de la música y de la danza con enfermos mentales, en el Hospital Psiquiátrico de Santiago y confirmó que se producían cambios a diferentes niveles: fisiológico, conductual y de adaptación al entorno.

“La Biodanza es un trabajo de evolución progresivo, en el cual, poco a poco, los participantes van encontrando un nuevo sentido a su vida, una nueva escala de valores, en concordancia con su propia esencia”, señala el Psicólogo.

Norvelia Velásquez, psicóloga y facilitadora de Biodanza, ofrece sesiones en Punto Fijo y la define como “el movimiento lleno de emoción que surge al escuchar una pieza musical…es aprender a integrar los elementos de lo que piensas, sientes y haces, y su efecto es tan beneficioso que cualquier persona puede practicarla”.

La profesional en este sistema de autodesarrollo defiende los efectos benéficos “No lo llamamos terapia aunque tenga efecto terapéutico, no trabajamos con la enfermedad sino con la parte sana, no es terapia pero cuando te vas integrando a la vivencia que te ofrece la sesión, te vas curando”.

Su experiencia en esta ciudad comenzó con su círculo de amistades y actualmente abarca a niños, adultos mayores, docentes, asociaciones civiles, empresas; la facilitadora explica que durante las sesiones se incentiva la conciencia grupal, la conexión con el ritmo del otro y cuando se aprende a fluir en el movimiento lo vas aplicando a tu vida diaria.

“Son sesiones abiertas, es un encuentro único donde se enseña algo genérico, la Biodanza es un camino, es la posibilidad de crear una comunidad de crecimiento humano, de tener ceremonias de encuentro, de recordar cómo colocar la vida al centro, de cultivar la poética del encuentro Humano… Es la posibilidad de caminar a ser la mejor versión de ti mismo”, destaca Norvelia.

Para lograrlo ofrecemos sesiones por grupo, todos los jueves a las 5:30 pm en el estudio de danzas “Quinta El Amor” de Puerta Maraven, cada encuentro tiene un costo de Bs. 750 y los interesados en participar y obtener mayor información puede escribirle al correo norveliavelasquez@gmail.com, o comunicarse al 0412-683-82-10.

Cactus24 (22/08/2016).