Hace aproximadamente 3 meses algunos partidos políticos minoritarios y de mayoría acordaron, fuera de contexto, reelegir a Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional 2020, nos pareció un error de novatos, principalmente porque desde aquellas fechas a enero cualquier cosa puede ocurrir, sobre todo en un país con una cultura política arrastrada a la elementalidad. Nos preguntamos ¿Qué pensarán hoy quienes suscribieron ese extemporal acuerdo?

Guaidó debe ser analizado con cabeza fría, ha logrado cosas realmente importantes en el plano geopolítico y de resguardo de activos de la nación ante las ventas apresuradas que el régimen perpetraba para poder obtener dinero rápido. Sin embargo, eso de “salvaguardar” nuestros activos probablemente haga ruido ante los señalamientos de corrupción por parte de algunos de sus colaboradores cercanos, sea como sea, asestó un muy duro golpe a un chavismo ilegal e ilegitimo, lo desmoronó internacionalmente amén de los propios errores de los “hijos de Castro” quienes han sabido hundirse solos muy pero muy bien.

Ello no parece suficiente, en cuanto absolutamente en nada el venezolano se ha visto aliviado de las catastróficas consecuencias de la economía chavista, hablamos de hiperinflación, escasez de medicinas, el dólar paralelo, además de continuar en fulgente ascenso la delincuencia y el caos de los servicios públicos. En el día a día, que es cómo los ciudadanos evalúan a sus políticos, Guaidó sale “raspado” indistintamente de sus laureles internacionales.

“Algo le ha faltado”, muchos creen Guaidó dejó pasar el momentum oportuno cuando en los primeros meses de su interinato tenía una popularidad inédita en nuestra nación, a la par del vigoroso respaldo internacional de las naciones más influyentes y determinantes del globo terráqueo. Mal asesorado, por falta de experiencia quizá o simplemente víctima de malas decisiones, quiso dar al traste con el castrismo de forma democrática ¡Craso error! basta recordar, por ejemplo, cómo han salido los Castro de Angola y Chile para darse cuenta esa tiranía solo es endeble a la ebullición del fervor independentista de las naciones a quienes quiere infectar de comunismo, una vez en el poder hace de los mecanismos democráticos artilugios para atornillarse en el poder.

Otro error muy grave de Guaidó ha sido anteponer Voluntad Popular en su agenda, imponer a Leopoldo López contra viento y marea. Que mal sabor dejó ese 30 de abril cuando la “Operación Libertad” no se refería al país, sino a un líder partidista ¡Cuidado! dicha organización estuvo a punto de convertirse en un chavismo naranja al forzar culto e idolatría a otro líder de partido político… ¿Acaso no hemos aprendido nada con más de 20 años de adoración forzada a Chávez?

Finalmente, Estados Unidos ha dejado saber en estos días que apoyará a “cualquier” presidente de la AN, es decir, entrelineas ha dicho Guaidó debe ser reemplazado, sus costosos errores y omisiones han dejado un saldo rojo no solamente en Venezuela, sino en la región y más allá.

Somos del pensar que debe ser así, Guaidó ya demostró lo que es capaz teniendo a manos rebosadas todo cuanto requería para cumplir con su afamada agenda de 3 puntos, sí no lo hizo en esta ocasión nada indica lo hará cuando luce desgastado internamente, con credibilidad internacional descendiente. Que bueno sería para el país se cumpla con el pacto político 2016 y sea un partido de minoría quien asuma la cabeza del parlamento nacional, eso sí, ese hombre o esa mujer debe estar excesivamente claro/a del cómo nuestro país recuperará su segunda independencia, de la necesidad imperiosa de involucrar al país, a sus sectores, dejando “su partido” para cuando haya democracia donde utilizarlo ¡Hoy Venezuela clama nuevo liderazgo, unión y coraje! @leandrotango

Por Leandro Rodríguez

CACTUS24 10-12-19