Todos los venezolanos están cumpliendo el llamado a cuarentena social para prevenir al Covid-19, pero existen zonas en el interior del país donde esta orden trae graves dificultades a la rutina de los habitantes, las áreas campesinas de las montañas trujillanas suelen ser remotas de las ciudades y su principal fuente de ingreso es la agricultura por lo que la falta de transporte, combustible y la paralización del trabajo les acarrea terribles consecuencias.

Tras la cuarentena total ordenada por el gobierno nacional y la suspensión de transporte urbano y suburbano en el municipio Boconó, los habitantes de Niquitao, Las Mesitas, El Hato, Tostos, Tirandá, San Miguel, San Rafael, El Jarillo, El Pósito, Guaramacal, Burbusay y Las Lomas, Rio Negro, además de Batatal, Campo Elías, Las Travesías, La Cristalina, Cabimbu, Monay se encuentran preocupados, pues no tienen claro como harán para surtirse de alimentos y como trasladarán sus cosechas a los distintos municipios para alimentar a toda la entidad.

La angustia recorre a todo el estado, los habitantes no se sientes preparados para las medidas dictadas, es una preocupación colectiva, sin alimentos, negocios cerrados, sin transporte, y los vehículos particulares no pueden recibir gasolina, en un caos para los agricultores.

El estado Trujillo están cumpliendo con las instrucciones emanadas por el Ministerio de Salud para evitar el contagio, la mayoría se mantiene resguardados en sus hogares y cuando salen a la calle usan tapabocas, no se han registrado casos de forma oficial y las sospechas en Trujillo capital, Valera y la zona baja han resultado negativas ante las pruebas de detección médica.

Cactus24/ 23-03-2020