Samantha Gamble y Frankie Byrne tenían previsto casarse a finales de mayo en Irlanda del Norte, Reino Unido, pero las restricciones impuestas para frenar la pandemia del coronavirus en el país arruinaron sus planes.

Su caso sería como el de tantos otros miles de prometidos que simplemente han tenido que posponer su boda si no fuera porque Samantha es una enferma terminal de cáncer y buscar otra fecha más adelante no era una opción para ella.

Su caso ha tenido tanta repercusión en los medios británicos que, finalmente, el Gobierno regional de Irlanda del Norte ha decidido permitir las bodas en el caso de que uno de los contrayentes de matrimonio tenga una enfermedad terminal como una de las primeras medidas en la desescalada del confinamiento.

Esta decisión, permitió que Samantha y Frankie pudieran celebrar finalmente su boda en su casa de la localidad norirlandesa de Loughbrickland.

Poco antes de la celebración, Samantha se mostró agradecida a los políticos que habían permitido su boda y aseguró que «nunca sabrán lo que significa para nosotros». De su actual marido dijo que «durante todo este tiempo, Frankie ha estado a mi lado y ha sido mi apoyo y ha hecho todo por mí».

Solo seis personas pudieron acudir a la ceremonia, incluidos los novios y el resto de la familia la siguió por videoconferencia.

Cactus24 (24-05-2020)