39 años han transcurrido desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 21 de septiembre como Día Internacional de la Paz, fomentando la solidaridad, el amor por el prójimo, la comprensión y valores perdurables que solo se cultivan en el seno familiar.
¿Pero qué ocurre? El mundo perece en su totalidad. Guerras entre naciones, enfrentamientos familiares, matrimonios desechos, han conllevado a la destrucción del ser humano. Asesinatos, violencias, robos, son los principales titulares de prensa. Cuando la verdadera guerra está en la lucha con nuestro propio yo.
Un yo que se encuentra intranquilo, desesperado, ante las dificultades. En ocasiones incapaz de sentir amor propio, cayendo en el caos de la miseria y la depresión, optando por la decisión de quitarse el regalo más preciado que Dios nos dio la vida. Por falta de amor, entendimiento, apoyo, creyendo que no hay solución ante las adversidades tan solo por querer unos minutos de escucha, un tiempo que ha sido robado y que nunca más será.
Hay personas que buscan incansablemente la paz y la felicidad, ya sea en el trabajo, en otro ser humano, practicando algún deporte o asistiendo a talleres de meditación. Cuando la verdadera paz y felicidad está en su interior, a raíz de ese descubrimiento, todo lo que emprendan tendrá como punto de partida la motivación.
Un enemigo se acerca a nuestras vidas:
El mundo enfrenta una de las peores crisis de la historia en la salud, en lo político, económico y social. Un enemigo ha tocado nuestras puertas, robando la paz y tranquilidad de muchos penetrando en todo nuestro ser, dejando en su paso huellas como el temor, el miedo, la angustia, el dolor, la desesperación, llamado “Coronavirus” que ha arrebato la vida de muchas personas, sin importar credo cultura o estatus social.
¿Pero cómo conseguir la paz en plena pandemia?
Algunos pacificadores aseguran: A veces es difícil conseguir la paz cuando hay un virus latente que te ha robado la tranquilidad y afecto de no poder abrazar a tus seres queridos y más, cuando escuchas los informes según la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la curva de contagio y de muertes tanto en Venezuela como en el mundo avanza cada día.
Pero sin embargo, manifiestan que solo es posible tener paz, buscando a una persona, y ese alguien es Dios que te la ofrece de manera gratuita y amorosa. Solamente la fe y la esperanza nos ayudarán a salir adelante para no desesperarnos, esta crisis nos ha fortalecido, para creer en Dios y en sus promesas. Es una enseñanza de vida porque te ha permitido estar más cerca de tu familia, valorándolos y a reinventarte cada día encontrándote contigo mismo, agregaron.
Franklin Medina, profesor universitario, comunicador social y psicólogo manifestó que la pandemia nos está invitando a la auto reflexión. Cómo conseguir la paz contigo mismo es el primer paso para desarrollar la espiritualidad, con el arte de vivir en pleno.
Todos buscamos paz y armonía en nuestro ambiente, en la cotidianidad, con nuestras familias, y comunidades. Pero ocurre que existe en la calle la agitación de la crisis económica y escasez que enfrenta Venezuela, y todo esos factores te quitan la paz y armonía.
Medina agregó que existe la negatividad y no podemos dejar que nos contamine, porque no viviríamos en paz. ¿Pero cómo trabajar la serendipia en mi mismo ante esa negatividad para desarrollar ese poder? Lo primero es no dejar empujar ese pesimismo al inconsciente porque multiplicas esa conducta.
Se cuenta la historia de dos pintores. Cada uno pintó un cuadro para ilustrar su concepto de la paz. El primero escogió para su escena un lago tranquilo, sereno entre las montañas lejanas. El segundo pintó para su escena una atronadora catarata con un árbol frágil que se inclinaba sobre la espuma; en la horqueta de una rama, casi mojada con la niebla que levantaba la catarata, una avecilla estaba sentada en su nido.
¿Cuál de los dos mostraba mejor la esencia de la paz?
Para obtener la paz no se trata de llevar una vida sin problemas, preocupaciones, ni dificultades, ni apartarse a un lugar solitario para conseguirla. Si no estar tranquilos, con una actitud positiva en medio de ellos ya que todas esas aflicciones nos hacen ser susceptibles al dolor y al miedo.
Se debe confiar plenamente para sus soluciones en Dios, aquel que nos dejó su propia paz al decir: Mi paz os dejo mi paz os doy. No os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. Juan 14:27. Él mismo aseguró estar con nosotros hasta el fin del mundo.
Citando la canción del merenguero dominicano Boni Cepeda en la década de los 90: Que «Canten los niños» ”No más guerras no más llanto y más unión” En este 2020.
A partir de hoy hagamos de nuestras vidas un canto a la esperanza practicando la fe la paz y el amor.
Cactus24: 21-09-2020
Lady Arcila
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