El presidente del Colegio de Médicos británico, Andrew Goddard, consideró este sábado que las Navidades y la nueva variante del coronavirus tendrán «un gran impacto» en las próximas semanas en la propagación del virus en el Reino Unido, donde en los últimos días se registran más de 50.000 casos diarios.
El pasado jueves las autoridades sanitarias notificaron el mayor número de contagios por jornada en el conjunto del país desde el comienzo de la pandemia, con 55.892 nuevos infectados.
El Reino Unido acumula un total de 2.542.065 positivos por coronavirus desde que estallara la crisis mientras que el número de fallecimientos alcanza los 74.125.
En declaraciones a la BBC, Goddard alertó hoy de que las actuales cifras de contagios son «bastante bajas» frente a lo que los expertos anticipan para dentro de una semana, al tiempo que confesó la «preocupación» de los trabajadores sanitarios frente a la situación que se les avecina en los próximos meses.
«Sin duda la Navidad tendrá un gran impacto, la nueva variante también tendrá un gran impacto; sabemos que es más infecciosa, más transmisible, con lo que los números (de positivos) que estamos viendo en el Sureste (de Inglaterra), en Londres, en el Sur de Gales, se van a reflejar el próximo mes, incluso en los dos próximos meses, en el resto del país», dijo el experto.
De la nueva cepa, Goddard subrayó que es «definitivamente más infecciosa y se está propagando por todo el país».
«Parece muy probable que vayamos a ver cada vez más casos (…) y hemos de estar preparados», agregó.
El notable repunte de positivos en este país ha hecho que el Gobierno retrasara al menos dos semanas -al día 18- el comienzo de las clases de los colegios de secundaria y de las universidades.
Las escuelas de primaria, que el Ejecutivo preveía reabrir en principio en la fecha prevista, el próximo lunes, permanecerán también cerradas en Londres durante las primeras dos semanas del próximo trimestre, reseña EFE.
La medida, comunicada a última hora después de haberse difundido previamente una lista con las áreas de la capital en las que los centros de primaria no reabrirían, en zonas de mayor incidencia del virus, ocasionó indignación entre padres y alumnos y obliga al profesorado a adaptar a toda prisa el temario para enseñar en remoto.
La portavoz de educación del opositor Partido Laborista, Kate Green, lamentó hoy que esa decisión apresurada del Ejecutivo había generado «un enorme estrés» a los estudiantes, a las familias y al personal de los centros.
«Este es otro cambio de opinión del Gobierno que crea caos para los padres a solo dos días del inicio del trimestre», reprochó Green.