… la historia es un revoltijo de nociones, cada una luchando por la prominencia en una narrativa que parece extrañamente inconsciente de su mensaje. Y dado que Soul es en última instancia una película sobre el significado de la vida, eso es frustrante.

La película es tan ambiciosa, tan decidida a recordarnos, cada minuto, que realmente es una obra de Grandes Ideas, que termina subvirtiendo sus propios encantos. Los autores intelectuales de Pixar a menudo parecen pensar que lo complicado es mejor, o al menos simplemente más profundo. Pero parafraseando a Thelonious Monk, han estado cometiendo los errores equivocados.

Paul Byrnes en The Sidney Morning Herald:

Soul se ve asombrosa en todo momento, un triunfo de los logros técnicos, pero no se corresponde con la claridad de la historia. Parece que hay demasiados cocineros, o para usar la propia metáfora de la película, demasiados miembros de la banda tocando una melodía diferente.

Monique Jones en Just Add Color:

Supongo que muchas de las personas detrás de la animación no ven a los negros ni a otras personas de color como seres humanos con los que puedan identificarse o tienen tanto miedo de dar un paso en falso que, en su lugar, utilizan diferentes métodos para manejar y evitar la raza. Tiana se transformó en una rana en La princesa y el sapo. En Espías a Escondidas, Lance se convirtió en una paloma. Kuzco se transformó en una llama en Las Locuras del Emperador. Kunai se transformó en un oso en Tierra de Osos. Ahora Joe se ha convertido en un espíritu y un gato en Soul. ¿Por qué es más cómodo para los animadores blancos relacionarse con ranas, osos y almas que con los humanos?