«¡Ni con bolívar ni con dólar!», exclamó la señora Alida Peña al consultarle cómo se le hacía más fácil pagar las compras. Asegura que los comerciantes en la cuidad de Punto Fijo quieren «llenarse los bolsillos a costillas de uno», sin importar el sacrificio que hace la gente para comprar la comida.

Argumenta que si va a cancelar por punto de venta, en la mayoría de los comercios cobran a la tasa que se les antoja sin respetar la fijada por el Gobierno Nacional que es la del Banco Central de Venezuela (BCV) y si es en dólares nunca hay cambio «quieren que uno gaste todo el dinero en sus negocios», denunció.

«A diario vemos fiscales de la Sundde por los comercios y aunque se observan habladores con el valor de la tasa del BCV en algunos establecimientos, la realidad es otra a la hora de pagar por punto de venta; siempre usan el valor del dólar paralelo más alto y uno no tiene más remedio de comprar aunque después nos lamentemos», expresó la usuaria Mirna Velazco.

La misma acción denuncia con indignación la joven Bethania Rodríguez: «los comerciantes siempre hacen lo que quieren y el Sundde no hace nada. Hoy fui a varios locales y están calculando los precios hasta en 5 bolívares y el valor oficial es Bs. 4.63; esto es un abuso porque lo poco que ganamos con nuestro trabajo no podemos regalarlo».

Para la usuaria Elimar Díaz mientras no hayan sanciones severas en contra de los comerciantes que incumplan los lineamientos, seguirá el mismo panorama. «No podemos meterlos a todos en un mismo saco, pero la gran mayoría calcula los precios con la tasa más (alta) del día y nos vemos obligados a seguirles el juego para poder adquirir los rubros», rechazó.

Es precisó mencionar que muchos algunos locales comerciales en la península de Paraguaná tienen en la entrada el cálculo del día reflejado con la tasa del BCV, pero son pocos quienes lo calculan a la hora de cobrar. Ante ello, los compradores consideran que el Gobierno no solo debe exigir el cobro con la tasa del BCV sino constar que lo estén cumpliendo.

Redacción y fotos: Willian Blanco