Unos estaban subiendo, otros ya volvían. Estaban contemplando el glaciar de la Marmolada, entre el último refugio y la cima, en la cuenca Pian dei Fiacconi. De repente, alrededor de las dos de la tarde del domingo, con un sol abrasador y una temperatura fuera de lo normal para esta época del año, un trozo del glaciar se desprendió de la parte superior. Una enorme cascada de hielo y roca arrasó con todo. Es lo que técnicamente se llama un serac, un enorme bloque que tal vez estuvo allí durante siglos y que, en unos segundos, cayó para terminar desmoronándose en una carrera sin obstáculos hasta el final del valle.

Por el momento hay ocho fallecidos y al menos 14 personas están desaparecidas «Temo que las víctimas aumenten al menos al doble, si no al triple, dado el número de personas desaparecidas y que quedan 16 coches aparcados», ha señalado el fiscal Sandro Raimondi. «Lo primero que hay que hacer en este momento es identificar a las víctimas, que no será fácil, se necesitará la prueba de ADN».

No será fácil porque esa cascada de hielo desmembró muchos cuerpos. Varios cadáveres han quedado atrapados en las rocas. Eso dificulta el trabajo de los socorristas, que por razones de seguridad no pueden subir al pie del glaciar y que aún continúan buscando a los desaparecidos, 22 oficialmente. Hay además ocho heridos, dos de ellos en cuidados intensivos.

«Había gente irreconocible, cuerpos desfigurados, destrozados… la masa caída es enorme y tiene efectos devastadores», afirmó Alex Barattin, jefe del Rescate Alpino de Belluno que voló al lugar del siniestro. El tamaño del destacamento es excepcional: unos 200 metros el frente que bajaba durante un kilómetro y medio a unos 300 por hora, ampliándose hasta los 400 metros de ancho. Todo material sólido, poquísima nieve, consumida prematuramente en este caluroso verano que ve el punto de congelación muy por encima de los 3.343 metros de Punta Penia, la cumbre de la Marmolada, la más alta de los Dolomitas.