La falta de comprensión y apoyo, y la indiferencia de una madre, se conjugaron en la mente de un adolescente de 13 años de edad para crear el verbo morir, ante las aberraciones que vivió en manos de su padrastro, que lo llevó al suicidio.

Indira Velásquez reside en Pararí, estado Monagas. La madrugada del domingo 10 de julio del año presente, ella encontró a su hijo sin vida en el interior de su casa: ahorcado.

Velásquez, según lo informado por el Periódico de Monagas, había dicho para ese entonces que su muchacho se habría suicidado porque lo castigó al quitarle el teléfono celular y prohibirle que saliera del hogar, tras reprobar una materia en el liceo.

La madre del fallecido mintió, y pasó por alto algo que sería determinante y que cambiaría el rumbo de las investigaciones.

El examen forense que le practicaron a la víctima arrojó que sufrió traumatismo anorrectal reciente y antiguo; además de la asfixia mecánica. El medio de comunicación de esa región también dio a conocer que la última lesión del adolescente ocurrió en menos de 24 horas.

Cuando los detectives tuvieron conocimiento acerca de los resultados de la autopsia, profundizaron las investigaciones al entrevistar a vecinos de la localidad donde sucedieron los hechos. En los interrogatorios, los pesquisas descubrieron que el jovencito era maltratado física y verbalmente por su padrastro, Rodomil Rodríguez de 31 años e Indira, su mamá.

Se conoció además que los adultos no dejaban salir al menor de su casa, en la urbanización Canaima.

Causa

Como los estudios forenses arrojaron que la víctima tenía pocas horas de haber sido abusada, los policías presumen que ese fue el detonante para que se quitara la vida, al no encontrar ayuda en su madre para superar las aberraciones que sufrió al lado de Rodríguez.

La pareja fue detenida por autoridades del Cicpc y trascendió que Rodomil presentaba registro policial por los delitos de robo y violencia. Ambas personas son acusadas de inducción al suicido, trato cruel y abuso sexual.

Cactus24//15-07-2022