Si un usuario detecta una entrada que considera falsa y quiere alertar a la empresa, deberá hacer clic sobre los tres puntos que aparecen en la esquina superior derecha de la imagen, marcar el contenido primero como «no apropiado» y, cuando se le pregunte el motivo, indicar que es «información falsa».

Los contenidos que sean así marcados serán posteriormente revisados por un equipo de verificadores independientes y, en caso de que estos confirmen que se trata de falsedades, las entradas perderán relevancia en la red social, es decir, dejarán de destacarse y será más difícil que lleguen a nuevos usuarios.

La compañía indicó, sin embargo, que en ningún caso se eliminarán las imágenes.

Hasta ahora estos verificadores ya operaban por su cuenta, pero resultaba imposible para un internauta particular denunciar contenidos que no se ajustasen a la verdad. 

A diferencia de lo que ocurre en el caso de Facebook, el usuario de Instagram que comparta contenido que alguien denuncie como falso no será informado de ello, ni tampoco de la resolución que finalmente adopten los verificadores con respecto a esa entrada.