“Rostros que se desvanecen en una carpeta, el sufrimiento de familiares que no saben nada de sus seres queridos y la indolencia de funcionarios de investigación son algunas de las consecuencias que ha dejado la ola de desapariciones registradas en Venezuela en los últimos años”, reseña La Prensa de Táchira una de las situaciones que se vive en el país.
No hay cifras oficiales de cuántos casos existen en el país, sólo el subregistro que llevan ONG de derechos humanos que dan una idea de la grave situación. El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) contabilizó en 2021 un total de 1.634 personas desaparecidas o implicadas en la presunción de muerte no confirmada por ausencia de un cadáver., revela el citado mnedio.
FundaRedes informó que en lo que va de año, en seis estados del país: Zulia, Bolívar, Táchira, Falcón, Apure y Amazonas han ocurrido 246 desapariciones, 118 casos (48%) se registraron en el estado Táchira, en los pasos irregulares o trochas límites con el Norte de Santander, Colombia.
El 20 de septiembre la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU, sobre Venezuela, reveló que solamente en el estado Bolívar como consecuencia de la explotación en el Arco Minero del Orinoco, existían desde 2014 hasta lo que va de 2022 unas 96 personas desaparecidas, asociados a la explotación laboral y al control de los llamados «sindicatos», pranatos y grupos guerrilleros sobre las minas y el territorio sur del país.
Según el sociólogo y director de OVV, Roberto Briceño León, las desapariciones son una fórmula aplicada por grupos criminales para secuestrar o asesinar, sin llamar la atención. «En el lenguaje carcelario o de los delincuentes es ‘no querer alumbrar’. Es estar en la oscuridad y evitar el escándalo para no ser el foco de atracción de los medios de comunicación social, de los cuerpos policiales, de sus otros enemigos», explicó.
Pero asegura que las causas de este delito pueden ser varias, como los posibles acuerdos que se dan entre autoridades locales o nacionales con jefes de las organizaciones criminales o irregulares, que deciden no informar los crímenes cometidos para dar la sensación que los índices delictivos están disminuyendo. «Puede haber una motivación de tipo político. El Gobierno les dice a los grupos criminales: hagan lo que quieran, pero sin escándalos», enfatizó.
Incluso, señaló que el Estado puede utilizar las desapariciones como una manera de actuación política. «Sólo hay que recordar lo que pasó con dictaduras militares de América del Sur, como la de Argentina, donde utilizaron por un lado la tanatopolítica, es decir, la política de muerte como una forma de establecer poder asesinando a sus adversarios políticos de una manera escandalosa para enviar un mensaje a la disidencia y la población. Y por otro lado, también utilizaron las desapariciones para no rendir explicaciones, para ocultar esas muertes, tal cual como las han aplicado por décadas el crimen organizado, las guerrillas, las bandas del narcotráfico como forma de actuación», mencionó.
El sociólogo detalla que en el caso de Venezuela se han registrado casos de desaparecidos en la selvática de Venezuela, en el Arco Minero, y han sido propiciadas por funcionarios de seguridad: «Militares o policías que han cometido una acción ilegal buscan desaparecer los cadáveres para no verse en unas situaciones embarazosas, complicadas y no tener que rendir cuentas ante la justicia.
Porque de alguna manera se quiere comunicar que la situación está mejor, que la criminalidad bajó, que la situación en el país está en la normalidad y una parte de esa normalidad es disminuir los homicidios y la criminalidad», comunicó.
Precisa que las verdaderas razones por las que ha disminuido la criminalidad en Venezuela es por la emergencia humanitaria compleja, que ha ocasionado que desde 2013 hayan emigrado 6.8 millones de venezolanos. Adicionalmente, la crisis económica ha hecho que los delincuentes pierdan oportunidades del crimen en el país, y otra de las razones ha sido la falta de evidencia de la acción criminal.
Grito desgarrador de familiares de desaparecidos
Familiares de desaparecidos viven una agonía permanente. El no tener pistas ni certeza de si su familiar está vivo o muerto es una de las situaciones más devastadoras que puede pasar una persona. Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, indicó que los familiares sufren una situación psicológica y jurídica muy dura.
Dgcim y Sebin implicados
La Misión de la ONU reveló el pasado 20 de septiembre, en uno de sus informes sobre los crímenes de lesa humanidad en Venezuela, que el Estado ha aplicado desde 2014 y de manera sistemática «desapariciones forzadas» contra opositores.
Solamente en el año 2021 a la fecha, las investigaciones arrojaron 16 casos. Las desapariciones se dieron luego de que funcionarios de inteligencia del Gobierno como el Dgcim y el Sebin aplicaran detenciones arbitrarias. Según denunciaron familiares de las víctimas, el tiempo en que tanto estos funcionarios como el Gobierno mantuvieron oculto el paradero de las víctimas rondó los 30 días hasta los dos meses.
Hay un caso que destaca la misión sobre un desaparecido que se denunció hace cuatro años y a la fecha sus familiares no conocen información de su ubicación. Se trata del «teniente coronel, Juan Antonio Hurtado Campo que desapareció en 2018 y cuyo caso fue denunciado por la misión en 2021, sigue desaparecido al momento de redactar este informe», reseñó la ONU./La Prensa del Táchira.
Cactus24 (30-09-2022)
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