Un gran número de mujeres utiliza esta prenda íntima bajo la creencia de que abandonarlo puede provocar que los senos tengan un aspecto caído o envejecido, sin embargo, estudios realizados en la Universidad De Franche-Comté concluyeron que no incluirlo en el día a día puede tener beneficios.

Al analizar los pechos de un gran número de voluntarias por años, el estudio arrojó que quienes evitaron el uso de esta prenda mostraron una elevación de alrededor de 7 milímetros en el pezón por lo que muchas afirmaron que observaron cambios positivos al dejar los brasieres de lado.

Este continúa siendo un tema controversial dado que, dependiendo de la talla y edad la experiencia puede variar, ya que, quienes cuentan con un busto de mayor tamaño afirman necesitar algún tipo de soporte en el día a día, principalmente al realizar actividades deportivas.

“El uso excesivo de esta prenda puede hacer que aparezcan estrías, y se pierda firmeza porque se desaprovecha la capacidad misma del cuerpo, es decir, si acostumbras a la piel a que no debe mantenerse por sí sola, cuando retires el sostén es probable que este tenga un porcentaje mayor de flacidez”, señaló María Vera, médico general.

Agregó que dependiendo del caso no utilizarlo al salir de casa puede provocar dolor de espalda en las mamas.

“No es lo mismo salir sin sostén teniendo una talla pequeña que cuando nos encontramos con un busto de gran tamaño, en estos casos el brasier actúa como un soporte para evitar el dolor en la espalda por el peso, pero igualmente se observa menos firmeza en consecuencia”, dijo.

Concluyó que otro factor que complica abandonar el uso de los mismos es que no se ha normalizado dentro de la sociedad, por lo que pueden atraer miradas o cumplidos innecesarios que afectan la autoestima.